A Isabel Bono
Hay un poema de Roberto Bolaño donde habla de los libros de su biblioteca y acaba diciendo algo así como que espera que sus libros protejan a su hijo Lautaro. Que los libros nos protejan...
Cuando las cosas vienen mal dadas, es difícil encontrar aliento, sobre todo si por azares de la vida se tiene a la gente que se quiere lejos. Eso es lo que me ha pasado a mí, una pequeña mala racha. Pero esta mañana, al ir a la oficina de correos a enviar unos cuantos paquetes de Piedra Papel Libros, la cartera me ha entregado tres sobres que me iba a dejar en casa esta misma mañana. Los tres paquetes están llenos de libros. Dos de ellos son de poetas amigos, que me mandan a casa lo último que han publicado (ambos con dedicatorias afectuosas). El otro es un paquete de la editorial Baile del Sol, con libros que compré hace algo más de una semana, y donde la buena gente de esa casa incluye siempre algún título más de regalo.
Los libros me gustan y me alimentan. Ahora mismo, me sacan del estado de estupefacción en que se queda uno tras recibir varias noticias malas. De todas formas, ahí están los libros y detrás los amigos, la gente que nos quiere y a la que amamos de una forma extraña; una forma limpia y al mismo tiempo descuidada. Como decía al principio, no recuerdo cuál era el poema de Bolaño, pero entiendo lo que decía cuando le encargaba a su biblioteca que protegiera a su hijo Lautarito. Los libros cuidan de nosotros.
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