Conozco a Àgueda desde hace muchos años. He leído sus blogs y ella ha leído los míos. Yo he seguido sus aventuras de exploradora ártica y ella observa mi giro sempiterno de derviche. En cierta forma, estamos conectados por un hilo invisible que nos atraviesa la piel y nos hace afilar una sentimentalidad común, plasmada de forma irremediable en nuestros textos.
De hecho, ahora nos ha dado por volver a los fanzines. Hace unos días me llegó el suyo a casa. Es un honor que haya publicado en Porta Costelleta los 57 sueños de El rastro de Cesárea; sueños que, todo sea dicho, me decidí a escribir tras leer los suyos. Ambos queríamos homenajear a nuestro escritor favorito imitando su delicioso paseo por la literatura.
Seguro que, a pesar de la distancia, seguiremos juntos durante mucho tiempo. Nos unen los libros (y las tormentas).
Juan, creo que concí tu blog justamente por un comentario tuyo en el blog de Águeda.
ResponderEliminarY por cierto: en Porta Costelleta hay también una pequeñísima aportación de mi blog...
Por cierto: la nueva foto de cabecera de tu blog es genial. Podrías decirme a qué corresponde?
ResponderEliminarSí, Lluís, es una alegría verte también por Posta Costelleta.
ResponderEliminarClaro. La foto es una pelea entre socialistas y comunistas en un bar alemán. El año no lo recuerdo.