miércoles, 23 de enero de 2019

«Amados»


i

Hace mucho tiempo que tengo en la cabeza una historia de ciencia ficción con la que nunca me pongo. Supongo que será otro de los proyectos que se quedarán guardados en un cajón, pero el caso es que está ahí... De vez en cuando me escuece la idea de que no la llegue a escribir nunca. Es algo que pienso cuando leo un buen libro de ciencia ficción o cuando veo una película que me recuerda alguna parte del argumento (y es algo que me pasa a menudo). En todo caso, las historias no mueren mientras se las siga pensando y este libro, que todavía no he escrito, sigue bien vivo, resguardado del frío y de la escarcha aquí, en mi cabezota.

ii

Uno de esos libros de los que hablaba antes es Agua en los pulmones, una colección de tres relatos de ciencia ficción traducidos por Sofía Barker y editados por Pulpture Ediciones. Dos de esos no relatos no me han gustado demasiado, pero «Amados», de Lucy Taylor, es una auténtica barbaridad. Cambio climático, supervivencia extrema, antiguas especies que mutan a mil por hora... Y un paisaje desarbolado, cubierto de charcas y lagunas creadas tras la subida del mar, donde la vida está bajo amenaza permanente y la humanidad malvive, con pequeños grupos humanos que vagabundean mientras seres extraordinarios, antaño extinguidos, pretenden darles caza. Un relato muy bien cerrado, con una ambientación magnífica y que mantiene la tensión en todo momento. Genial.

martes, 8 de enero de 2019

Ser amable y comprensivo, a propósito del poema «Satisfacciones» de Bertolt Brecht

Bertolt Brecht jugando al ajedrez
Leo por caminos múltiples. Leo como todos. Un libro me va llevando a otro, un autor me va llevando a otro. Yo le llamo itinerarios de lectura. En este caso, creo que el hilo que me llevó al Penúltimos días, de Santiago Alba Rico, fue el Peces fuera del agua, de Jorge Riechmann. A su vez, ambos me recuerdan al Huérfanos de historia y utopía, de Armando B. Ginés, que editamos con Piedra Papel Libros el año pasado.

En todo caso, acabo de empezar el libro editado por Catarata, el de Santiago Alba Rico, y me está gustando mucho. Está formado por pequeños textos de tipo ensayístico sobre el estado actual del cuerpo, pareciera que incorrupto, del cadáver insepulto del capitalismo postindustrial. Se trata, no obstante, de un libro que parte de reflexiones que escapan al debate de los temas de actualidad menos noticiables, lo que sin duda se agradece.

De estas primeras páginas me quedo con un fragmento a propósito de lo placentero del ejercicio de dos virtudes que parecieran chirriar en el engranaje íntimo de la sociedad contemporánea: la comprensión y la amabilidad; una reflexión necesaria que toma como punto de partida el poema «Satisfacciones» de Bertolt Brecht.

Dice Santiago Alba Rico que «De todas estas "satisfacciones" diminutas [...] hay dos casi extinguidas, como los dinosaurios y los bisontes, incomplatibles con el orden del mercado capitalista  y que desde un coche último modelo o desde Disneylandia nos parecen extravagantes y perversas, casi escandalosas: "comprender" y "ser amable"».

sábado, 5 de enero de 2019

Aliméntame

Detalle de cubierta de Aliméntame 
Escribo huérfano, al fin, de Nueva Gomorra. Y la primera entrada que escribo en LBDL4 justo después del fallecimiento tiene que ver con un libro de relatos que tiene como fondo la paternidad (una paternidad agridulce, eso sí).

No es la primera ni será la última vez que hable de la colección de cuento de la editorial canaria Baile del Sol. Tampoco será esta la última vez que hable del especial interés que esta editorial tiene por los autores balcánicos, la mayoría de ellos poco conocidos en España y que tantos buenos ratos de lectura me han dado. Sin embargo, Aliméntame me ha parecido un libro irregular, demasiado irregular. Sí, ya sé, es lo más habitual en un libro de cuentos, pero después de leer algunos textos elogiosos sobre la narrativa de Roman Simić en internet, me esperaba bastante más.

No obstante, el libro tiene un cuento soberbio, muy redondo y muy abierto a la vez, que sin duda reeleré pronto. El relato se llama «Vacaciones estivales en invierno» y como todos los cuentos del libro, tiene la guerra de fondo. Solo por ese cuento, merece la pena seguirle la pista al escritor croata.

No me resisto a dejaros por aquí este fragmento: