miércoles, 28 de agosto de 2013

Nada sano puede crecer sobre el olvido

Foto de J. García
Nada sano puede crecer sobre el olvido. La desmemoria es una epidemia galopante. Yo no quisiera olvidar. Escucho voces en la calle, justo al otro lado de la ventana. Hay un hombre que corre todos los días por esta misma calle, en plena madrugada. Le veo pasar. Ahora hay dos personas hablando en voz baja. No sé quiénes son. Escucho, casi susurran. Ellos ignoran que tras la pared hay un tipo que toma algunas notas sobre el olvido y que recuerda a un corredor nocturno que día tras día pasa por su calle mientras todo el mundo duerme y él escribe. El olvido, decía, esa enfermedad. Escribo para permanecer despierto. Por la noche, el silencio te aplasta contra el cuaderno; el silencio y la memoria. Me asomo a la ventana. Una pareja se besa. Sonrío. Ya nadie habla; pero yo escribo, aunque debería callar. Lombardo Duro: el salvaje que intenta / la belleza imposible / de la quietud suprema, / el vigor más extremo / del silencio y la nada.

3 comentarios:

  1. Quizás sea por eso que hoy, sobre el olvido, crece el nacionalismo en mi pais. Aunque a mi, haber nacido aquí o allá, me importa un pimiento. Lo que no quisiera olvidar es haber nacido en una casa pobre.

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  2. Hago mio tu comentario Lluis Bosch.. Pienso y siento lo mismo. Me ha gustado mucho el texto, Juan. Salud.

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