sábado, 10 de agosto de 2013

Los escritores fríos


Stefan Zweig. Joseph Roth

Un futuro a medio camino entre los dos escritores. El hombre que jamás abjuró de su libertad interior. Y el beodo alegre. Hombres que amaban la vida, aun siendo conscientes del inmenso dolor que nos rodea al cabo. Dolor, fuera de la piel y dentro, sobre todo dentro. Lucidez y valentía, no ya para morir de alguna forma, sino para vivir conforme al guion que se dictaron. Dar testimonio es poco. Caminar según el mismo es lo que hicieron ambos. Eso ―lo pienso mientras leo su correspondencia― es lo que llamo estar de pie sobre este mundo, a pesar de tanto espanto y mugre.

Qué sabré yo, no obstante. Judíos perseguidos, hijos de la vieja Europa, capearon la tomenta de distinta forma; pero solo durante un tiempo. Naufragaron, claro que naufragaron. No pudo haber sido distinto.

Entonces sí, la palabra aceptación nos calma. El ovillo de los días rueda y nadie nos dice que trampas teje el azar con ese hilo. Si quedamos atrapados dentro de nuestro mismo traje, a quién echar la culpa. Solo hay una respuesta posible: a nosotros mismos. Fue ese su caso. Llevaron puesto un traje de identidad sin taras. Demasiado caro para los hijos de la feliz abulia. Demasiado estrecho para nuestro perfil cobarde.

2 comentarios:

  1. Durante un tiempo se culpa a dios. Pero, cuando te das cuenta de las cosas, y te quedas suspendido en el aire, con miedo, no te queda más remedio que aceptar, y aceptarte.

    Un placer llegar a tus letras. Un beso

    ResponderEliminar