martes, 6 de diciembre de 2011

De pie junto al camino

Mecanismos internos, de J. M. Coetzee. Estoy con él y con otra pila de libros que arrastro con un placer extraño, que huele raro, como a frontera entre lo sano y la adicción. Ayer hablaba precisamente de eso con un buen amigo, es decir, nos preguntamos dónde está el límite, en qué lugar de la Mancha se encuentra la bombilla de la creación sin tregua.

Yo leo a Coetzee, que a su vez leyó (y lee) a tantos otros... Me gusta su manera de hacer crítica literaria. El primer capítulo es sobre Italo Svevo y el segundo sobre Robert Walser. Se dan algunos datos biográficos: En 1931, Walser se marchó de Berlín y regresó a Suiza como «un autor ridiculizado y fallido» (según sus propias, autodespreciativas palabras). Tomó una habitación en una clínica de reposo en la ciudad industrial de Biel, cerca de su hermana, y durante los siguientes años se ganó la vida precariamente publicando artículos en los suplementos literarios.

Walser. Walser, como Rimbaud, abandonando casi todo y escapando, quizá, del paredón de fusilamiento de la literatura. No resistir hasta el final o resistir precisamente haciendo lo contrario: tirando la toalla en apariencia. ¿Otro itinerario hacia el desatre? Tal vez muchas preguntas.

Me gusta la foto del escritor austriaco plantado junto al camino. ¿Quién sabe si no fue abierto por él para nosotros, sus lectores de mala muerte? ¿Quién sería capaz de seguir sus pasos?

4 comentarios:

  1. La literatura es un territorio de trinchera. Para escribir hace falta algo más que talento. Hace falta valor. Pero no todo el mundo está preparado para la lucha. Ni es fácil saber escoger en qué bando luchar. Seguramente, Walser pensó que la literatura sería balneario y bálsamo, pero sólo encontró campo de batalla.

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  2. [Juan, te contesto en tu bloc. Recibo directamente los comentarios por correo]

    Juan Cruz López dijo...

    Incluso a veces se necesita algo más que valor... Quizá Walser intuyó que solo era posible escribir desde los arrabales de la razón, desde los márgenes del texto (6 de desembre de 2011 19:20)

    Es posible, Juan. La literatura también tiene mucho de territorio fronterizo. La escritura, al fin, es texto y margen; con ella se traza la fina línea de la frontera de los "arrabales de la razón" sobre la que camina el autor. Y muchas veces no hay red que te salve de la caída.

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  3. Si nos referimos a la literatura como el territorio en el que después de escribir hay que publicar, y luego eso de la crítica, es en efecto un campo de batalla. No sólo hay que tener valor, sinó también paciencia, resistencia, perseverancia, mecanismos para asimilar y procesar el fracaso. Tirar la toalla no es ningún defecto ni dice nada de lo escrito. Y puede ser una acción no sólo elegante, sinó noble.

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